En el calpítulo VII el Duque harto de sufrir atentados a su físico y emplumado cuerpo, se vistió según la época que vivió a fin de esquivar a quien pudiera ver un pájaro indefenso. Ahora viaja como hidalgo soldado de los viejos tercios, pecho cubierto, armas listas y hasta sombrero de ala ancha buscando otros lares. Desde la orilla del Mediterráneo confunde un trasatlántico con un gran buque de la armada de Felipe II.

Tan bueno,simpático,divertido, y bien escrito como los anterioriores capítulos.
Nunca defrauda al contrario, nos deja esperando el siguiente con muchas ganas.
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Grcias Nati, eres una seguidora de las fieles. Un besazo.
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Ja ja. Me ha gustado muchísimo la mezcla de estilos. He disfrutado conversando con los hispanohablantes del otro lado del charco y os puedo asegurar que es un placer. Por otra parte, muchas veces me he figurado cómo sería una conversación con el Marqués de Santillana.
Gracias Fernando por tus escritos. Ojalá los jóvenes de hoy fuesen más aficionados a la lectura y disfrutasen de un léxico tan rico como es el de nuestra lengua española.
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Gracias a vuestra merced, en especial porque además conocéis el otro lado del charco y sus gentes como nadie. Gracias a millones por vuestro enriquecedor comentario y ya de paso, un fuerte y sincero abrazo.
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