¿Sabes de dónde es ese cielo, Puigdemont?
Curiosa es la pregunta, pero tiene su celo, supongo que será suyo y nada de los demás.
Hoy me han enviado dos cosas que me han sorprendido, la primera es un reportaje sobre le Madrid flamenco, curioso, pues a pesar de haber nacido en tierras tan castigadas por mentecatos y malnacidos que a todos nos meten en el mismo saco, debo decir que siempre he reprendido a quien por el camino presumía de capitalidad y lo digo con todas las de la Ley, pues no hay más nefasto y absurdo sentimiento que sentirse de un sitio en concreto. ¿Qué hay con todos los demás?, esos donde sus gentes nos han enseñado sus dotes, sentimientos, historia y maneras, o lo que sea, ser de un punto, es lo que se lee, escucha y suena, ¡un puñetero punto!, pero…, quizá por la sensibilidad de tanta cizaña y maña para la guadaña que nos viene a quien por estos lares hemos puesto asiento a las posaderas, el reportaje me hizo sentir feliz, muy feliz, ahí se lo dejo. Madrid.
No es todo, la misma persona me envió el himno nacional de las Españas con letras muy bien armadas y lo primero que por mis sesos pasó, no era otra cosa que… “será un ultra de la derecha”.
Ahora me estoy fustigando a duros castigos, porque España no es de ningún partido, es y somos…, ¡todos!, les guste o disguste, y digo, ¡que se la envainen quienes pretenden levantar palacios a base del duro trabajo y sentimientos de los demás!
Y sigo…
Hay quien piense que el membrillo que ocupa el lugar de la escoba oculta en Alemania, es mejor que el resto, y yo les confirmo y afirmo, ¡nada más incierto», pues «el que no puede conseguir un objetivo entre muchos se busca la vida para destacar entre pocos», por lo tanto esos arios de a media pela, si es que llegan a los dos reales de hoy me refiero, son los seres inferiores y como tal, están tratando al resto de una región europea y española como les viene en gana.
No sé qué decir del presidente de éste gobierno, quizá que para el sector económico, sí vale…, pero oiga señor Rajoy, si a mí, unos papanatas de esa entidad me dicen que ponga la fecha y hora, le doy mi palabra que se encuentran mis duros y forjados cánones en estas tierras, dándoles a elegir las armas, ¡vive el Cielo que sí!, que ya se las meteré por donde menos se lo esperan ¡y ojo!, que por detrás no, no sea que les guste y luego haya que buscar un batallón para dar conformidad a los placeres de quien presume de lo que es, siendo malva política de cementerio.
De manera que tome el mango de una punyetera vez y dele la vuelta a esa sartén, pues el agravio que estos días hemos sufrido los que somos de bien, merece unos barrotes sin piscina, vajilla o jardines, solo una bacinilla…, ¡y con suerte!, la misma donde han de comer, pues quien juega con cuarenta millones de personas siendo solo dos y un cuarto tan solo por sus propios bolsillos, no merece más que ser animal de sitio húmedo, fétido y encerrado. El Himno de España, qué bonito con esa particular letra.
Y ahora señor Puigdemont, dígame de quién es ese inmenso cielo, ¡por favor!
Y ya por último y para aprender, un auténtico humanista: CANTINFLAS con mayúsculas.
Voilé.
No añadiría ni una palabra más. Gracias, creo que expresas el sentir y la opinión de muchos. Estoy contigo.
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Gracias caballero, es un placer veros por estos lares. Un fuerte abrazo.
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Es que, en un mundo donde se tiende a la globalización, no se entiende este empeño separatista. Yo soy asturiana, española, europea y, por encima de todo, terráquea(o eso me han dicho mis padres). Buen artículo, Sir Cotta.
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Gracias doña Laura. Quien se cierra la verja, solo atiende a sus propios sin sentidos. C´est la vie.
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Ciertas son las palabras que su pluma escribe, coincido plenamente con lo que expresa. Villanos hay en todas partes y se escondan o no, tienen el mismo cielo sobre sus cabezas. Gran artículo Sr. Cotta. Un gran abrazo.
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Gracias Margaret, cielo que no es suyo, sino de todos, universo que se contrae y expande como toda la humana naturaleza. Un fuerte abrazo.
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