El reventón. Y no es para menos, un restaurante en Valdemoro donde con un bocata revientas. Si te lo comes todo, por supuesto. Jamás vi algo igual. El caso es que esta mañana pasaba por dicha localidad a por la nicotina habitual y mira por dónde. Me apetecía un café en mi cafetería de costumbre. Visto que San Pedro ya no tiene problemas de próstata y suelta agua en abundancia y sin temeridad, no tuve otro remedio que
cambiar de sitio, si no quería terminar empapado. De manera que, buscando otro lar donde elevar el espíritu a base del líquido negro y su maravillosa cafeína, encontré el lugar, con la ventaja de aparcar justo a la puerta de “Kandela”, así se llama el culpable del reventón.
El olfato me decía que allí se cocía algo. Viendo la carta te das cuenta de si hay o no amor en los fogones y mira por dónde, me enamoró el titular de cada ristra de viandas.
“Tengo prisa”, “Proteínas saludables”, “Endulzando la vida” son algunos de esos títulos indicadores de los manjares según tiempo o placeres. Cuando lo vi, me acerqué a hablar con el dueño para preguntarle algunas cosas. Aún no me había percatado de la otra carta.
Roberto, así se llama su propietario, me comentó que el nombre al local le parecía hermoso, “Kandela”, fuego, fogones, marcha, todo va unido en esa palabra.
Cuando le dejé y vi la otra carta, tomé la decisión de comprobar hasta qué punto podría ser cierto. “Bocadillos Supergigantes” reza el soporte anunciador, pero no fue ese calificativo, sino el contenido, todos iban acompañados de “patatas a lo pobre”, algo extraño.
Después de darme un paseo por Torrejón de Velasco, Parla y Pinto, camino ya de casa, no podía quitarme de la cabeza esa particularidad. En Gran Canaria, Santa Brígida, para ser más exacto, mis padres tenían un restaurante muy famoso por aquellos entonces y aún recuerdo desde que era niño, antes de echar un cable los fines de semana, como era de Ley en aquellos tiempos, nos comíamos un par de bocatas de patatas fritas para aguantar el trabajo, eso sí, recién hechas y naturales, la comida vendría después, cuando el zafarrancho hubiera acabado. Aquellos tiempos flotaban en la imaginación de esos maravillosos recuerdos, de manera que avisé y me fui a ver qué carajo era aquello.
Pedí el «bocata de Pueblo», picadillo de chorizo, huevos fritos y las patatas con una cervecita por compañía. Mientras, hice algunas fotos de platos que me gustaron por su presencia.
Cuando llegó el bocadillo no me lo podía creer.
-¿Pero esto qué es?, eso no hay quien se lo coma, es para dos. ¿Es el bocata?, pero mujer, antes se avisa, ¡a dónde voy con semejante zapatilla!
-Es que son así –me contestó.
Le pedí que me dejara hacerla una foto con el cirio y luego hice otras para que vean de cerca y se hagan cargo de las dimensiones de semejante entrepan, ¡teeeeela!, y todo por 7,95 € incluyendo la cerveza. Me comí la mitad, no pude con todo, los añitos pesan.
Están muy de moda esos bocadillos enormes, pero por norma llevan mucho pan y poca chicha, en este caso debo decir, ¡que pesa!, ¡hostias que si pesa, antes y después!
Por supuesto tienen una carta amplia de platos, no los probé, solo faltaba acabar finiquitado por un infarto.
Les sugiero que se acerquen, comprueben y disfruten de estas causalidades de la vida, no es muy frecuente encontrar sitios así.
Ahí les dejo la dirección. Aún no tienen Facebook, Twitter o web, de manera que la única manera de conocerlo es ir por esos lares y eso sí, llévense compañía o no podrán con todo. Salvo que estén en la edad de zampar, ¡por supuesto!
Aquí les dejo el enlace de Google Earth. Restaurante Kandela
Cuesta de Valderramata, 6 – Valdemoro.
¡Qué bestiada! Ja,ja,ja
Me gustaLe gusta a 1 persona
Desde luego, tan solo pude con la mitad. 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Wowwwww demasiado bueno para ser real, en la próxima visita a españa seguro que vamos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
No lo dude vuestra merced. Un fuerte abrazo.
Me gustaMe gusta
No habrás podido con el bocata, pero el artículo sí lo has acabado, como siempre, con humor, habilidad y excelente escritura. Un abrazo y la próxima vez, llévame.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Coño, es que no había manera de finiquitarlo, jajaja. Un fuerte abrazo, Rafa.
Me gustaMe gusta