Un oasis entre hormigón. Buen calificativo cuando en medio del erial de hormigón típico de las ciudades, encuentras el verde de la esperanza a manera de unas cañas bien acompañadas y aderezadas del estilo y maneras de quien lo tiene.
Un auténtico vergel en medio de la casi nada. Sevilla y Madrid tienen la culpa. Dos oriundos de sendas capitales, Javier y Manuela decidieron plantar ilusión en medio de un parque sin árboles, césped, plantas en Móstoles y consiguieron que allí floreciera el azahar sevillano de primavera, los claveles y nardos madrileños. Así se hace las cosas, con mimo, cuidando el detalle.
Donde menos te lo imaginas, encuentras la profesión en la sangre, un cóctel perfecto de a cuatro manos que sabe combinar de excelentes maneras la decoración y el arte de la gastronomía y cervezas.
El InBEERnadero se llama el sitio, una cervecería donde el talento se ve, palpa y degusta en ese rincón del cielo en el que el agua no fluye de las fuentes, sino del capricho de quien cierra los ojos deleitando los sabores de unas cervezas y la grata compañía de la armonía, un remanso de vida en medio de la selva de asfalto.
Antes…, un edificio sin valor, y a hora, queridas y queridos amigos, un refugio de luz y optimismo. ¡Chapó!
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