Hoy no es un día cualquiera, es 24 de noviembre, el momento en el que toda la sanidad de este grandísimo y maravilloso país, se levanta en contra de la manipulación de unos políticos a salto de piedra y con tacones, sobre un riachuelo que en cualquier momento, puede ser un río arrastrando toda la ponzoña que se ponga por delante.
Hay un imperio en juego, nuestra salud, precisamente de las manos que defendían la sanidad por encima de cualquier cosa, y de quienes echaban piedras sobre el tejado ajeno por los recortes sanitarios. Mira por dónde, algunos perros muerden las manos que les dan de comer. Hasta ese añejo refrán está cambiando en nuestras vidas.
Hoy 24 de noviembre estoy con ellos, con todos los médicos y sanitarios que se están enfrentando a unos gobernantes sin conocimiento o sin escrúpulos, a saber, y en todos los ámbitos. Hay quien aún se atreve a decir que esto es progreso. ¡Manda canallas por vientos frescos!
Recientemente el Parlamento español aprobó el Real Decreto 29/2020 por el que desde que entre en vigor, cualquier médico sin haber hecho el MIR, o extranjero sin homologar el título en España, podrá ejercer como médico en funciones. No suena bien, no. Dicho así, viene a decir que nuestros profesionales, quienes han finalizado su carrera y cumplido con el MIR, estarán a la altura de personal médico no cualificado para estos menesteres, pues esos años de prácticas son los que avalan la calidad del personal sanitario en este país.
Es más, según los manifestantes a partir de ahora un médico de otra especialidad podrá atenderle sin que usted pueda rechistar. Imagínese que tiene cáncer de mama o próstata por poner un ejemplo, y delante tiene a un especialista en cirugía facial, y no es broma, no, al punto es serio el asunto, que los médicos y sanitarios se ponen de manifiesto mañana solicitando la cabeza del mejor médico de todos los tiempos, el señor Illa. ¡Tela!, salvo que afloje los tirantes o correa de su pantalón, y se ponga en la postura lógica de quien sabe cómo se hacen las cosas, no por el «menestro de la insalud pública», sino de los profesionales como la copa de un pino, que desde hace años llevan las riendas de los hospitales, ambulatorios o centros de salud. De ahí, que se hayan puesto en estetoscopio de guerra.
Haga el favor y filosofee sobre otros menesteres, señor Illa, y créame, si Hipócrates estuviera vivo en estos tiempos, no habría querido verle…, ¡ni en pintura!
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