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«Tambores de guerra»

Hoy es un día para rememorar aquel fatídico instante en que nuestros trenes sembraron almas a destajo. Un 11 de marzo segó la vida de miles de personas. Unas cogieron camino al universo y otras, muertas de por vida, andantes con el corazón encogido en sus manos por el alcance del desastre.

Y qué casualidad, hoy y gracias al día 10, suenan los tambores de guerra en la Comunidad de Madrid, Murcia, Castilla León y a saber. Tamborileros a la orden de marcha avisando de elecciones tras la dimisión de Isabel Ayuso.

La presidenta de la comunidad madrileña cometió errores, no se me olvidan, no. Dar hamburguesas y sándwiches a los niños fue uno de ellos, pero la salvó su falta de experiencia como madre. Luego resolvió el asunto y la sorpresa fue mayúscula cuando una inmensa cantidad de padres, rechazaron la comida sana y equilibrada. Hasta Canarias, regalaba los plátanos a esas familias sin medios para alimentarse.

El Metro fue otro error que luego enmendó, pero, queridas y queridos amigos de la radio, tuvo grandes aciertos. Durante ellos, se ganó el recelo del PSOE y la izquierda más radical.

El hospital en IFEMA suavizó dentro de lo posible, las UCIS y urgencias de muchos centros, en un momento donde todos los médicos y enfermeras, estaban en plena agonía por agotamiento y la falta de mascarillas. Jamás se me olvidará, incluso, pudieron comenzar a atender a enfermos de otras patologías.

Acertó con las mascarillas FP2 cuando el tonto Simón, ya había dicho que no hacían falta unos días antes. El surfero de a Portugal la moneda, tuvo las napias de reprochar el uso de estas, por ser un símbolo del capitalismo. Hoy, junto con las FP3, son como el Fernando Alonso de nuestros tiempos.

De nuevo dio en el clavo con el hospital Enfermera Zendal, y en contra se llevó a los partidos más ruines y miserables, junto a muchos sindicalistas saboteando las instalaciones, e incluso los carros de parada. Ya tiene delito.

Dio un Do de pechos, con los test rápidos, los médicos no se podían creer cómo cambió el rumbo de la pandemia a partir de saber quienes estaban infectados, y poder aislarlos.

Dicen de Madrid que es un milagro económico, para ello entre otras cosas, redujo los impuestos, dio apoyo a autónomos y pequeñas empresas, mientras que el gobierno de sus majestades, Pedro Sánchez y su Sancho sin panza, Iglesias, favorecían el aumento de impuestos, y claro, el país entero en la ruina mientras que los madrileños seguimos tirando del carro de todos. Ahora les pregunto… ¿Qué hizo la oposición durante todo este tiempo? Ahí dejo las estadísticas, fieles a las neuronas de sus retinas. Las mías, ya lo han dicho casi todo.

TURISMO INTELIGENTE Y TURISMO ABSURDO

No es habitual que utilice la pluma para plasmar críticas razonadas sobre el turismo pero creo que sabrán entenderme, no todos…, muchos se sentirán ofendidos por lo que a continuación describo y relato, en ésta, mi más sincera opinión de sobre cómo y de qué manera se puede disfrutar de unas vacaciones inteligentes. Con antelación solicito el perdón de aquellos seres humanos que yendo a disfrutar de su periodo vacacional dejan a su agencia de viajes tomar las decisiones menos apropiadas para de verdad vivir, aprender y conocer un mundo siempre nuevo.

Estos días en Lanzarote, una de las tres islas de Gran Canaria, he podido darme cuenta de la grave enfermedad que atraviesan y padecen esas personas que aprovechan el mínimo precio para perjudicar su salud, curiosidad y necesidad de conocer. ¡Así de cruel!, ¡tal y como suena!

Si hay algo que me he reprochado toda la vida, son los numerosos viajes realizados de negocios sin haber tenido el tiempo suficiente para mezclarme entre las gentes de las tierras visitadas, por supuesto y aprovecho para recalcar y añadir, sin absorber la sabia y el conocimiento de los lugareños, amén de la belleza de los entornos, gastronomía y demás enseñas.

Está muy de moda, ¡si me lo permiten!, y si no lo hacen, ¡remedio ya no hay!, lo voy a llamar el turismo absurdo, es decir y en castellano pobre del de toda la vida, ¡el todo incluido!, ese todo en realidad es la nada. Los visitantes que entre muchas comillas lo disfrutan, practican durante esas merecidas jornadas de descanso, para perjudicar aún más su salud y por supuesto, todo hay que decirlo, a emprender un largo viaje en barco o avión donde la mayor parte no sabrá ni dónde diablos ha estado, y esto es lamentable, una auténtica paradoja del que supuestamente ha sentido la necesidad de emprender algo nuevo, de darle un toque mágico a su existencia, para luego estar encerrado en un hotel, ¡eso sí!, ciegos de cerveza, cubatas, comidas, cenas y harto de las quemaduras derivadas de las siestas al sol para reposar los grados de alcohol y exceso de viandas.

Quizás el estrés anual, lleve a muchos de los afortunados que se pueden permitir el lujo de darse un periplo por tierras desconocidas a pensar que si hay algo maravilloso es darse un festín de tiempo desechado. Con esto quiero decir, desaprovechar ese lapsus atemporal tan preciado que tenemos para dar rienda suelta al más satírico de los deseos, vivir la vida del  cerdo. ¡Perdón y no quiero ofender!, pero así fue como me sentí en la única ocasión en la que virtual y realmente me vi obligado a intentar no salir del centro que en tanta apariencia me quería, en la realidad no buscaba invertir el tiempo y mi dinero tan solo en unos metros cuadrados bien repartidos y decorados, servicios, ¡casi todos incluidos!, con tal de intentar fidelizar a este infiel de la rutina y ávido de conocimiento.

Dicen que la necesidad agudiza el ingenio, así me lo enseñaron mis padres y a ellos todos sus antecesores. Pues bien a eso me refiero, a la creatividad y la realidad, tanto tengo y con ello que puedo hacer.

Hoy volar está a tiro de pájaro, no se lo tomen al vuelo, ¡a ver si alguno se da un real leñazo!, pero más o menos, y para aquellos que no lo entiendan decir quiero y bien se comprenda, vale menos un viaje en avión con la vuelta incluida, que muchos argumentos de peso en combustible, autovías, auto y las pistas que se encuentren por el camino, peajes y demás leches, ¡que las hay! y sobran.

Si ven este punto de vista, solo falta el sitio donde descansar, absorber y reposar las experiencias venideras, en latín y griego del de toda la vida, un lugar donde dormir y cumplir con los requerimientos típicos y necesarios de los que no podemos desenrrutinarnos.

Una vez tomada la decisión del lugar más adecuado en función de la disposición de cada bolsillo, empieza la aventura, la mágica experiencia de mezclarse entre las gentes de la tierra para averiguar dónde compran y pacen ellos, es decir la búsqueda del contacto con la realidad de la zona seleccionada, y por lo tanto el inicio del momento en el que todo es nuevo. ¿Es posible una experiencia mejor?

Estamos habituados a informarnos en los hoteles o puntos turísticos de las zona a visitar, hasta ahí todo perfecto, pero…, ¿cuántos se han integrado con la población autóctona para conocer sus costumbres, gastronomía, ¡pero la de verdad!, la que ellos mismos guisan y comen y disfrutan, no la que nos venden en los restaurantes que todos conocemos, puesto que si hay algo terriblemente absurdo, es comer la misma pasta, hamburguesas y de más INRI que encuentras lado de la casa donde realmente vives.

En esta increíble tierra, negra como el tizón y austera por la gracia divina, donde los contrastes te los regala la propia naturaleza, empezando y rompiendo con verdes, azules, azabaches, blancos y el mismo rojo picón, que también lo hay, he tenido la suerte de hacer mis deberes como mandan los cánones de un buen aventurero y amante del conocimiento, y en consecuencia he obtenido mi gran recompensa, disfrutar del carácter afable, tranquilo y cargado de humor y siempre cordial de los conejeros, de los que siempre me veré obligado a hablar bien, pues ellos han sido los que después de descubrir las ansias de conocer y  disfrutar de su preciado tesoro del que escribe, se entregaron para mostrarme su gran secreto, el tan guardado llevan en su corazón y que tan poco les cuesta ofrecer cuando encuentran personas que de verdad viven con pasión y respeto el entorno que a ellos mismos les ha visto nacer y crecer.

Todo esto lo debo a no hacer caso a esa agencia de viajes que con tan buena intención te ofrece un completo, ¡oigan que al todo incluido me refiero!, a ver si nos vamos por otros derroteros.

“Carta a sus majestades los RR.MM. de Occidente”

Ahora que el petróleo ha bajado de forma tan notoria, tocando la moral de los inmorales y convirtiendo a los inmortales en lo que en realidad son, añado que aunque los camellos, dromedarios y otros saurios parezcan de oriente, creo que ahora son de occidente, por ello y dadas las circunstancias, me dispongo a rendir pleitesía a esos antiguos magos, que a base de purines llegaron a un destino que durante muchos años sigue siendo cierto, el de los niños que con la Divina gracia de sus inocentes facultades nos da, cede y regala la ilusión que en muchos casos los demás hemos abandonado a su suerte.

Solicito entonces con la dulzura que mi carácter expresa, los dones o panes que la sociedad desea y en la que por cierto, me incluyo como padre al hijo y Santo de mis calzones, para que presten atención a tan simple rogatoria, sin que por ello perdamos la memoria y por una vez no hagan, ¡lo que les sale de los cojones!

Dicho por doquier, les garantizo que no quiero nada en alquiler, y con ello no les pido ni un piso ni lentejas, que para ello tengo dos manos, dos piernas, y dos corazones que mandan en la tierra y en los fogones, pero sí les digo, que tengo interés en ver las cosas de otro color, y con ello no me refiero a los que separan y enfrentan a caballeros, damas, doncellas e ilustres, sino al de la vida, solidaridad, armonía y las ganas de salir sin topar con los muros de las fortalezas que impiden seguir hacia delante.

Vagos siempre los hubo, y nada podemos hacer al respecto, pero donde más se dio el caso de esos pobres maltrechos, deshechos de sus facultades, ilusionistas de las ambigüedades y transformadores de las grandes verdades, fue entre los “ticos”, y son tantos que ya los griegos siendo inteligentes como fueron, en prevención de sus grandes facultades en las matemáticas y otros menesteres, crearon un prefijo para tener en cuenta tanta multitud, y así ayudados con la gracia divina de los falsos dioses le añadieron el “poli”.

Son tantos, que sus excelencias no dan a basto ni con tres camellos por ciudad, por ello y en plena conciencia de mis capacidades, les solicito con mucho cariño, rogando si fuere menester, que en esta ocasión el carbón se lo den a ellos, y que éste sea eliminando al menos ochenta de cada cien de esos puestos de trabajo tan ricamente remunerados y apalabrados.

¡Mas aún!, ¡no es suficiente!, por eso añado más imposibles a mis ruegos, con esos apegos tan característicos de quien ama a su tierra y a sus gentes, rojos, azules, malvas, violetas, verdes, amarillos, e incluso a los incompetentes, que elimine esas diferencias y las vuelva blancas en las personas, que no en la vista, pues sin los contrastes de tanta maravilla, todo sería un nodo.

Así que ya os dejo excelentísimas majestades, que aunque todos sabemos que no sois reyes de corona y sí de trona, vuestro amado pueblo, ese que con tanto esmero tratáis mientras disimuláis que el interés es lo primero, os pide que los requisitos cumpláis y no por nos, sino por vos, o la conciencia, para que el día que os llegue el último suspiro, al menos os surja sin condena, la vuestra y la de todos.

¡Señor presidente, Soraya!, ¡por Dios!

Señor presidente, Soraya, ¡por Dios!, ¿no se dan cuenta que todo lo que nos cae es metralla?, si no es por un lado es por otro, ya no es suficiente con el coselete y la cota de malla, por sotavento, barlovento, proa y popa, y en esta última…, ¡ya duele!

Ahora la Pantoja, contratada para su Mío Cid se me antoja, y el público erario…, del que casi no queda,… ¡vaya paradoja!

No hay para la “C”, a la hepatitis me refiero y solo es cuestión de dinero, pero si es menester de los Cantares a los reos, ¡por supuesto, es lo primero!

¡Válgame el cielo!, porque a vuestras mercedes les llegará el infierno, y con la estela al resto. Proclaman amor a su país, y les digo, ¡que no son las tierras!, son las personas que ahí pacen y como pueden viven, aguantando y tirando de las carretas, de mierda llenas, que es lo que cada día florece.

Es de cobardes dejar que la tropa se hunda en el río, en el océano o allende los mares, y ese ejército somos todos, además los que pagamos y os permitimos llegar a vuestro destino, el mas hermoso que cualquier andante caballero hubiere deseado.

No sigáis ese camino, cambiad el rumbo, llevad a todos estos marineros con los buenos vientos, que si bien lo hacéis y los mares se tuercen, a todos nos tendréis a diestra y siniestra, defendiendo la justicia con pericia, con justas o sin ellas, pero a vuestro lado.