GENERA la gran fiesta de las energías renovables y la eficiencia energética en éste, nuestro país, se ha quedado en eso, Genera, leches genera energía, ¡copón! ¡y ojo!, solo de fotovoltaica va el asunto, al resto, queridas y queridos amigos, que les den un poco de Hemoal para reducir el escozor al pundonor del inversor hogareño, autónomos y pequeñas empresas para reducir el impacto sobre las facturas mensuales en estos menesteres.
¿Decepcionado?, por supuesto que sí. Cuando comencé a ir al milagro de la época, sobre el 2002 creo, puede que no sea muy exacto, pero por esos lares andaba el invento, la innovación se palpaba en la euforia colectiva, siempre había novedades. Fueron tiempos donde los ingenieros y personajes con capacidad para ello, pusieron sus células grises al servicio de la sociedad creando tecnologías hechas para reducir los consumos de energía, agua, crear, por supuesto, y gestionar los recursos.
Estos días el chasco ha sido bestial, todo era energía fotovoltaica, perdón, salvo dos fabricantes de turbinas hidroeléctricas, uno de energía solar térmica, uno de cogeneración y otro de calderas de biomasa. El resto…, paneles solares para generar energía eléctrica, soportes, convertidores, onduladotes, programas de gestión de la energía, baterías…, todo relacionado con el sol y las células fotoeléctricas.
Hay verdades como templos, la superficie de captación es la misma, pero producen más, algo positivo habría de ver, pero de la sagrada eficiencia, nada y es algo que no puede ser, o mejor dicho, no debería. Las calefacciones en este país funcionan en su mayoría con energías fósiles y sin embargo, el coste más alto se va de viaje por los instintos de quienes prepararon semejante falta de respeto.
IFEMA podría haber creado otra feria especial para este mercado y haber premiado de alguna manera al resto de los expositores, empresarios decididos a no asistir a un evento donde se premia la generación a través de estas tecnologías y se envía por peteneras el ahorro o generación por otros medios, tal como la térmica, geotérmia, cogeneración…
Craso error, señoras, señores, damas, domos, damos, damiselas y donceles, pongo toda la razón en ello. Es vital adaptar las necesidades en primer lugar, es decir, saber hasta dónde podemos reducir los consumos de la electricidad y luego…, el momento de actuar para generar, de esta manera no se excederá en las inversiones y las cuentas cuadrarán.
En el 2001 decidí desechar tanto las instalaciones fotovoltaicas como eólicas. El motivo era de lógica matemática y un poco de visión de futuro. Entonces el precio del kW nos venía en factura sobre más o menos ocho céntimos de €, (0,008 €/kW) y a las instalaciones para venta a red o productores, recibían la friolera de, si no recuerdo mal, 0,037€/kw. Como verán las diferencias eran insostenibles, y mi querido amigo José, “Chiquitín” así apodaba a un hombre de 1,90 y tantos con un talento inigualable, el cielo se lo llevó, y éste que plasma el asunto, acertamos de cuajo. Llegó el momento y el ministro Soria impuso el famoso impuesto al sol. Las quejas del gentío fueron abrumadoras, pero era de Ley. En este país se vive de lujo, tenemos prácticamente cubiertos todos los servicios, con ello me refiero a educación, sanidad, redes de comunicaciones, alumbrado en carreteras… incluso políticos, y ese saldo sale de los impuestos. En mi opinión el ministro de Industria actuó en consecuencia. Según vio el panorama, el déficit financiero rondaba los 50 mil millones de € y los impuestos bailaban por bulerías por éste y otros motivos. Ahí vino la gran crisis del sector, arrasó con productores de energía eléctrica, instaladores y demás, amen y por supuesto, de la bancaria, construcción, petróleo y sus derivados. Muchos nos fuimos a ver el Parqué al carajo de la vela.
Hoy tengo la misma impresión, vamos por el mismo camino, y no quiero meter miedo al cuerpo. Mañana las arcas del Estado necesitarán la calderilla para paliar asuntos tan delicados, y de alguna manera, articularán un decreto para recaudar los ingresos perdidos, no se preocupen, lo sacarán de algún lado, de ello pueden estar seguros. Por ello y aplastante lógica les digo: si ya han actuado en buscar el punto de consumo racional o justo, actúen, es el momento de instalar tecnologías para generar energía eléctrica del rey Sol, los primeros serán quienes obtengan beneficio, el resto irá de la mano del obligado destino, pagar mucho más por tener lo mismo.
Fernando Cotta
Consultor de Eficiencia
Hídrica y Energética.