MESSI, ¿SOMOS TODOS? Apaga y vámonos.

Disculpen ustedes la informalidad de este titular, pero es que no es para menos. De fútbol, por si alguien piensa que soy forofo de algún equipo, quiero decirles que ya hace tiempo que perdí el interés por éste y otros tantos deportes, entre otras cosas porque no lo es. ¡Deporte!, quiero decir.

Dos días con dos noticias que me hacen hervir la sangre, primero los animales que defienden otros de su misma especie por encima de la humana y luego, pues ya ven, otro bicho peludo por el cuello, cuadrúpedo pero que solo utiliza dos piernas para andar y las dos manos para pillar. Ya saben a quién me refiero, Leo y el saco de Messi.

Pero en realidad no me preocupa ese desalmado que según comentaban ya hace tiempo cobraba incluso de los partidos benéficos que se organizaban, ¡no!, y eso no lo digo yo, son noticias que aún tengo grabadas en la cabeza como si fueran escritas a base de cincel y martillo.

Lo que sí me causa inquietud es que la cúpula directiva de un club de prestigio internacional, por cierto, uno de los más conocidos de la tierra, salga con un ¡MESSI SOMOS TODOS! ¡Hostias, hostias y rehostias! ¡Pero oigan!, serán sus padres, que yo siempre he sido un ciudadano que entiende para qué sirve HACIENDA ¿La de Messi?, no por favor, ¡LA TRIBUTARIA!

Dicen esos ejecutivos de tres al cuarto y una… más, “dejo ese espacio para que abran el diccionario y añadan a su voluntad el contenido”, que no van a permitir que se manche la imagen del ruiseñor del balón, ¡perdón!, que me equivoqué de ave, ¡buitre!, quise decir, que lo es y por tanto está sobradamente justificado que me ampare en mi derecho constitucional de decir lo que analizo y leo en la prensa escrita, vista y a viva voz. Pensándolo mejor, porque lo crean o no, me gustan y amo los animales, cambiaré de bicho por otro que haga mejores honores al que se lleva los fondos, ¡que no son suyos! y son  necesarios para la sanidad, colegios, infraestructuras, seguridad, I+D, etc. Por ello también les dejo en esta ocasión que indiquen el insecto.

Pero que me tomen por el pito del sereno, ¡no se lo permito a nadie!, por tanto vuelvo y repito y ahora en mi defensa, pues quien intenta atentar contra mi capacidad de razonar y por lo tanto, ¡me quieren decir tonto!, ¡cobra!, vaya que si cobra. Qué pena que esta pluma no esté en la agencia tributaria, ¡qué pena!, porque no se iba a librar ni el apuntaor de las taquillas de tan emblemático club, de una revisión con lupa y abogados, ¡palabra de honor!

Quien pretende limpiar la… “a sus anchas por favor”, a base de hacer creer a los demás que robar es sano para el conjunto de la sociedad, merece que le den por oriente, ¡que sí!, de una forma y con hostias de papel, por el resto, pero de esas que llegan y dicen ¡oiga!, que han venido a verle unas personas para una inspección rutinaria.

Y por cierto, no digan que, «no van a permitir que se diga de Messi que es un delincuente», ¡leches!, es que lo es y si no, busquen en el diccionario de la RAE o cualquier otra lengua universal, cómo se define a quien se queda lo que no es suyo. ¿Me lo dicen o me lo cuentan?

Poco a poco y a medida que voy soltando la tinta sobre el papel a base de golpear las teclas, voy soltando la mala sangre que me crean noticias como ésta y la de ayer, de manera que con todos mis respetos a quienes sufren para pagar el futuro de los demás, aprovecho y doy por cerrado el blog por hoy, si no sale nada nuevo que vuelva a encender la mecha del cabreo, claro está. Voilé.