«Mediterráneo» y domingo en la muy Real Villa y Sitio de Aranjuez y no han sido los toros, ¡no!, sino el arte escénico en el Real Teatro de Carlos III.
Una tarde memorable para quienes tuvimos la suerte de estar presentes durante la interpretación de “Mediterráneo”.
En mi sincera opinión, un homenaje merecido con un espectáculo inolvidable a Joan Manuel Serrat donde la magia era patente de corso en cada uno de los rincones de las butacas.
Vanguardia y alternativas sobre las tablas y pasillo que muy bien podría haber sido de dos orejas, rabo, vuelta al ruedo y puerta grande si el coso hubiera sido de albero.
Serrat manda y da vida a las realidades de nuestro charco de agua salada y al desierto de los interrogantes cuando todo es aparente y en realidad nada llena el envase de nuestra 
esencia. Poética disciplina en todos sus conceptos, erotismo muy buen cuidado tras las telas, sombras y luces, tal cual somos y un desarrollo franco de realidades cantando al amor, vida y desengaños.
Un lobo de mar, el Don Quijote de los mares y sus acólitos soñadores aportando los vaivenes de sus razones. Admiración, devoción y la soledad ante el espejo.
Solo puedo decirles que merece la pena ir a vivir el hechizo de la luna colgada entre 
las sedas mientras baila al son de la letra y se deja caer sobre nuestros brazos para hacernos ver que ahí están los sueños, a nuestro alcance.
Bravo a «Somos escena» en todos los apartados y ¡¡¡ENHORABUENA CON MAYÚSCULAS!!! al arte y ganas expuesto a diestro y siniestro al amparo de tan magno sitio por cada uno de esos artistas, ¡¡¡GRACIAS!!! por permitirnos llevar la esencia de su talento en el recuerdo de la memoria.
¡¡¡BRAVO!!! y espero volver a vivir el encanto y seducción de cada uno de los personajes de ese cuento y fábula de éste, y todos los tiempos. Y por supuesto, ¡ÉXITO!, y que jamás les falte.
¡¡¡FANTÁSTICO!!!
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