¿El día de la mujer?, o el día de….

¿El día de la mujer?, o el día de….

Ya me contarán ustedes. Ha vuelto a ocurrir lo mismo que hace dos o tres años, la memoria en las fechas es mi perdición, no obstante refresco acontecimientos sin datos.

En aquella temporada se celebraba la fiesta Internacional del Orgullo Gay en Madrid. La alcaldesa, por entonces Carmena, hizo acopio y propiedad de su talento para apoderarse de una manifestación que consideraba suya.

Abrió las puertas del metro 24 horas. Jamás se había hecho en Madrid y surgió el imprevisto muy mal previsto; otras personas de distinto signo político quisieron ser partícipes del momento y llegó el resultado de la física.

Nunca falla el principio de acción y reacción, jamás. El colectivo gay no vio de buena fe expulsar y evitar a personas de distintas ideologías, es natural, el gusto por el sexo no entiende de estas variables.

Fue un desastre para la hostelería. Pasado el día de la fiesta desaparecieron como por arte de magia, ¡y ojo!, desde una semana antes era imposible encontrar plazas hoteleras, incluso a 100 kilómetros de la capital, pero…, se dieron cuenta, ¡sí!, fueron capaces de analizar la situación y distinguir de qué manera los políticos les estaban apropiando de algo que en nada tiene que ver con maneras de pensar, sino de gustos. Muy en especial Podemos, hoy y para designio de mal gusto, ¿cómo se llama? ¿Unidas Podemos? ¿se dan cuenta de la manipulación?

Ayer volvió a ocurrir lo mismo, no fue la fiesta de la mujer, en absoluto, sino de las políticas orientadas a exaltar a las humanas presencias, las mujeres. No fue un día solidario con ellas, en absoluto, se quedaron fuera todas las féminas damas y doncellas sin credo comunista o socialista.

No soy chica, soy chico y heterosexual, es decir, no estoy de moda, sigo siendo un clásico de la vida, pero…, bohemio en todo su esplendor, es decir, abierto reflexionar señoras mías, y las digo que ese no es el camino, el día de la mujer es un símbolo de respeto, el baluarte de la lucha por la equidad y no el de la sin razón.

Ayer me llevé una desagradable sorpresa, mujeres enfrentadas a sus congéneres por motivos políticos y es que se ve, se nota, y no sé si se palpa, ¡por si acaso!, si en algunos casos son tetas y en otros tetos.

La señora vendedora de botellas de a litro con alcohol de 76º al frente de un destacamento de voluntarias sin orientación, o simple y llanamente de esas maravillosas personas a quien las vendehúmos, vendepollinos y vendepajas de a dos patas sin cuarto y mitad, engañaron con burras volando.

Con todo mi respeto al sexo femenino, soy un enamorado de todas. Escribo a las flores porque sois vosotras, cuando plasmo una loa a las madres, sale de mi sangre, del amor a ellas…, por eso me revuelvo, porque os quiero y valéis lo que no está escrito, y sin embargo de las manos de quienes os desean solo por vuestro voto, nada.

Y nada quiero decir sobre la falta de conciencia hacia los mayores en un momento como este. Quedará en la memoria de muchas de esas maravillosas personas que asistieron engañadas al evento, estoy seguro de ello, el remordimiento por no pararse a pensar de los daños colaterales debe ser espantoso, menos para las políticas, por supuesto. En fin, cada cual a su castillo, aunque es estos tiempos, los muros no funcionen.